Zidane se movía con la prestancia de un torero. Con una maestría y elegancia innata, él orquestaba el juego con pasión desbordante. Sus pases eran una obra de arte, como pinceladas magistrales en un lienzo en https://franceswlic714611.blogdeazar.com/38864381/cómo-vivió-italia-el-cabezazo-de-zidane