¡Ojalá pudiera, oh divino Corazón, consagrarte tantas adoraciones, tanto amor y tanta empíreo como Tú consagras a tu indestructible Padre! Sé el reparador de mis defectos, el protector de mi vida y mi amparo en la hora de mi crimen. Esta Humor te la pido todavía para los pobres https://exactlybookmarks.com/story17409287/la-mejor-parte-de-oracion-de-la-ma%C3%B1ana